Descansar es revolucionario
Una mujer que quiero y admiro mucho, hace unos días me manda un mensaje, porque estaba pasando por un proceso complicado. Marzo puede llegar a ser muy abrumador, hay un bombardeo de información impresionante; muchos datos, muchos casos, muchos conceptos, muchas historias. Puede tornarse un poco más complejo cuando se acerca el 8 de marzo. Mujeres, por primera vez, se atreven a alzar la voz, a contar su propia historia de violencias o abusos de los que fueron víctima. Abren sus heridas, cuentan lo que pasaron desde su dolor e impotencia.
Después de hablar un poco de lo que le ocurría, ella dice que, como feminista, se sentía muy aislada del movimiento porque, hace un tiempo, había decidido hacer una pausa. Que se sentía culpable de pensar que, durante mucho tiempo, no ha aportado algo. Que creía haber perdido tiempo valioso para su activismo.
Una vez terminada la plática, el mejor consejo que le pude dar, desde mi propia experiencia, fue que no fuera tan dura con ella misma, que se tuviera paciencia con sus procesos, que se permitiera descansar. Porque, en una sociedad donde, si no estás haciendo algo en este mismo momento, estás fallando; si tu día no está repleto de actividades, no estás siendo exitosa; donde la productividad es sinónimo de no tener tiempo para nada más que no sea la escuela o el trabajo, descansar es un acto revolucionario.
Estoy consciente que comparto esto desde mi posibilidad. Me encuentro escribiéndote desde la comodidad de mi hogar, sabiendo que no me falta nada. Todos los días tengo techo, vestido, agua, alimento. Y entiendo que, lamentablemente, hay personas que no pueden gozar de su derecho a descansar, porque dependen de las actividades que hacen día a día. Pero quiero que sepas que tomar un descanso está bien, es sano, es un derecho y es necesario.
Porque ser feminista no es fácil, y cansa. Es un trabajo de absolutamente todos los días, donde sigues aprendiendo, deconstruyéndote, cuestionándote. Y puede llegar a ser sumamente abrumador. Lo digo porque, a pesar de no llevar tanto tiempo en el feminismo, ya he pasado repetidas veces por esto. No, no te hace mala feminista darte un tiempo para tu salud mental, física y emocional, así sea 1 día o 1 año. No te hace mala persona priorizarte, porque no va a haber nada ni nadie más importante que tú misma en tu vida.
Y aunque te comparto esto desde mi actividad como feminista, en realidad aplica para absolutamente todo trabajo que sea posible desenvolver, principalmente académico y laboral. Como lo compartió la cuenta de Instagram de Girl Up Latam en su post el 8 de marzo: "Vivir en una sociedad neoliberal, capitalista y patriarcal, a la que no le importa la gente ni la naturaleza, nos lleva a caer en la meritocracia, en vivir con burnout a temprana edad y a olvidar nuestra paz y salud propias".
Parar un momento, dar un paso atrás y observarte. Comenzar a autocuidarte, a priorizarte, a procurarte y procurar tu energía, para poder transformarla y vivir una vida equilibrada y en paz, haciendo las cosas que te llenan y te hacen feliz.
Parar un momento, dar un paso atrás y observarte. Comenzar a autocuidarte, a priorizarte, a procurarte y procurar tu energía, para poder transformarla y vivir una vida equilibrada y en paz, haciendo las cosas que te llenan y te hacen feliz.
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